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Emily in Paris 3: ágil, rápida y entretenida, pero no logra superar a sus antecesoras

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Como ya es costumbre desde el 2020, nos volvemos a encontrar con Emily Cooper, la joven de Chicago cuya vida cambia para siempre al irse a Paris, Francia por un año a trabajar en una agencia de marketing, desde ahí empieza su increíble aventura que la hizo convertirse en una influencer, conocida como Emily in Paris.

De las cosas más destacables que tiene esta serie es la agilidad con la que se presenta a la audiencia, un día es mas que suficiente para navegar junto a Emily por 10 capítulos que tienen una duración aproximada de 25 a 35  minutos.

Lily Collins, sigue demostrando que es perfecta para el papel que le ha dado un giro a su carrera, la forma en la que ella se encarga de vender a su Emily Cooper es sin dudas, de lo mejor de la serie, su carisma, looks y el desenfado que caracteriza al personaje te hace seguir la trama hasta el final.

En esta temporada Emily tiene que seguir tomando decisiones tanto en lo laboral como en el amor.

No se puede hablar del cast de esta serie sin hacer mención honorifica a Ashley Park, la actriz estadounidense de ascendencia coreana que da vida a la increíble (Mindy Chen), quien aparte de ser la artista de la historia, es también la encargada de ofrecer frescura y dinamismo con su personaje, verla en escena es un lujo.

Philippine Leroy Beaulieu es Sylvie, la actriz francesa que llega nuevamente con tintes antagónicos y que en esta temporada asume nuevos roles. Ella es francesa de los pies a la cabeza, fría, elegante, imponente  y atrevida, estos elementos hacen que la jefa de Emily Cooper sea  un personaje a  quien amar de principio a fin.

Lucas Bravo (Gabriel) y Lucien Laviscount (Alfie) componen el triangulo amoroso de Emily, haciendo que la protagonista siga en esa duda constante de con quien debe quedarse, si con el chef que robó su corazón o el banquero que llegó a moverlo todo.

En este sentido, se notan las deficiencias de la serie, el arco de los personajes no es sólido y comparada con las anteriores, los protagonistas masculinos se quedan atrás, a tal punto, que en momentos, el  personaje de Gabriel llega a convertirse en secundario y no principal (como de costumbre) dejándolo en una historia estancada.

No hubo esa química tan fuerte que conectó a Emily con los dos hombres que ama, las historias de amor se quedaron estáticas, no emocionan como ya nos tenían acostumbrados.

Camille Razat como (Camile) en la segunda temporada se había sentido cómoda con un pequeño antagónico, pero en esta tercera parte  se le da un giro a su papel que termina de sacarlo del eje central, colocándola como un personaje de reparto que no tiene peso suficiente en la historia.

Melia Kreiling como (Sofia Sideris) y Paul Forman como (Nicolás de León) se incorporan a la trama para darle giros a los personajes de Camile y Mindy, que por un momento funcionaron bien.

Otros personajes que ya conocen los fanáticos de esta franquicia, no evolucionan este es el caso de (Luc, Julie y Antoine) e incluso la llegada de Madeline (jefa anterior de Emily) los deja atrapados en el mismo circulo  y es ahí donde están las falencias de esta tercera temporada.

La producción continúa vendiendo a Paris, sus escenarios, moda, excentricidad, combinada con la elegancia de la ciudad del amor, pero comparada con las primeras temporadas, las aventuras de Emily, no son tan atractivas como antes, si bien, sigue el parámetro anterior, pero se quedan a deber.

La historia sigue siendo fácil de digerir, técnicamente es la opción perfecta para distraerse y entretenerse, aquí la idea no es entregar un producto demasiado complicado y eso la ha convertido en la favorita del público.

Emily in Paris 3, sirve para pasar el fin de semana festivo, esperando desde ahora la cuarta temporada de la franquicia, ya confirmada.

 

 

 

 

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